MEANDROS

Los meandros son curvas que describen los ríos principalmente en su curso medio y bajo cuando la pendiente es poco acusada.  Pueden tener diferentes tamaños, formas y amplitud de sus curvas, dependiendo de su caudal, de los sedimentos que transporta, de la geometría de la llanura aluvial y de la anchura del cauce.

El perfil del canal de los meandros es asimétrico, en su parte convexa el agua pierde velocidad y el río deposita los sedimentos formado una barra semilunar o point-bar; y en la orilla cóncava se produce erosión, el cauce es más profundo y se crea una orilla escarpada.

Como consecuencia de la constante erosión de la orilla cóncava y de sedimentación en la convexa, se modifica la forma de los meandros y el río divaga en la llanura de inundación. El efecto erosivo en la orilla cóncava del meandro, la incisión fluvial, en las zonas habitadas obliga a reforzar artificialmente esas orillas, con rocas u hormigón, para protegerlas.

Cuando el meandro evoluciona y sus brazos quedan muy próximos, pueden llegar a estrangularse. El meandro queda aislado del cauce, formando un meandro abandonado que originan lagos en forma de herradura o humedales.

Cuando un río meandriforme al excavar su cauce llega a un nivel de rocas muy resistentes, sobreimpone sobre ellas su trazado y se forman meandros encajados que no divagan como los meandros de llanura.

Son muchos los ejemplos de fortalezas y ciudades medievales amuralladas situadas en los promontorios rodeados por las curvas de meandros encajados muy cerrados, ya que eran lugares protegidos por el foso natural de agua que constituía el propio meandro.